Otra vez te acercas al papel y sientes abrirse la puerta a ese universo en tu interior. Puedes ver el chispazo, pero necesitas sentirlo, palparlo. Lo tomas en tus manos, entre el pulgar y el índice, para revisarlo mejor, mirarlo, olerlo. Acercas el oído hasta casi tocarlo porque te hace falta conocerlo, conocerte, y dejar salir al mundo lo que hay en ti. Tal vez es eso que se ve ahí es lo que en realidad eres y lo demás es solo una máscara. O quizá es un personaje más, una verdad diferente, muchas. No hay modo de saberlo. Lo único cierto es que a cada palabra que logra salir, a gotas o a borbotones, se hace más claro que son uno mismo. Y también son dos. Son muchos. Son legión y necesitan salir. Una vez afuera, se separan, se dividen, pero saben que por un momento fueron libres juntos.


Comentario

Una versión anterior de este texto se publicó en el número 25 de la revista La llama azul bajo el título “LIBERTAD EN LA DEPENDENCIA” de la Academia Literaria de la Ciudad de México, A.C. para responder, en 150 palabras, a las preguntas ¿Por qué escribir? ¿Cuál es el sentido de escribir?